
Sector Salud
¿Cuánto sabemos de violencia obstétrica?
Introducción
En esta sección vamos hablar de violencia obstétrica, esta investigación se realizó en el marco de un trabajo monográfico para la materia Gestión de los Derechos de la Salud que realicé para la Licenciatura de las Relaciones Laborales en la Facultad de Derecho, UDELAR. Ustedes se preguntarán que tiene que ver con las Relaciones Laborales y realmente el núcleo surge en la forma que los trabajadores de la salud se manifiestan frente a los pacientes. Si bien me concentro en un sector de la población “las mujeres y las familias que desean ser padres” luego ustedes podrán asociar este comportamiento en todos los ámbitos de la salud. A continuación, algunos fragmentos.
VIOLENCIA OBSTETRICA EN EL MARCO DE LAS RELACIONES LABORALES Y LOS DERECHOS HUMANOS

RESUMEN
En las reuniones informales de mi grupo de amigas al terminar la narrativa de sus partos la frase de cierre es “cuando tienes a tu bebé en brazos te olvidas de todo” y es allí donde uno por el simple sentido de buscar la racionalidad en las cosas, en algo que debería ser natural, por el que las mujeres estamos biológica y físicamente preparadas para el trabajo de parto, parto y post parto no debería estar frente situaciones que pretenden olvidar, momentos de violencia verbal o psicológica que hacen el proceso más difícil de sobrellevar, incluso en ocasiones, que el proceso sea negativamente superior al recibimiento del nuevo niño o niña lo que culmina con la decisión de no tener un segundo hijo/a.
CAPITULO I. LOS CONCEPTOS
En Uruguay, en 1981 Uruguay ratificó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. “Artículo 12 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera de la atención médica a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, el acceso a servicios de atención médica, inclusive los que se refieren a la planificación de la familia. Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 1 supra, los Estados Partes garantizarán a la mujer servicios apropiados en relación con el embarazo, el parto y el período posterior al parto, proporcionando servicios gratuitos cuando fuere necesario, y le asegurarán una nutrición adecuada durante el embarazo y la lactancia.”
En Venezuela, país que ha realizado investigaciones sobre la violencia obstétrica en sus centros de salud tienen vigente la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una vida Libre de Violencia y definen la violencia obstétrica dentro del artículo 15 inciso 13: “Se entiende por violencia obstétrica la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa en un trato deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres”.
(…) Por lo definido anteriormente podemos notar que las normas protegen de cierto modo, o lo intentan, a las mujeres embarazadas cuando son asistidas por profesionales de la salud. Las mujeres se ponen a disposición del profesionalismo del médico y los profesionales que trabajan en la esfera de la Ginecología porque son ellos quienes entienden sobre qué pasará durante los nueve meses de gestación, son quienes le dirán que hacer en el momento del parto y como proceder posteriormente. Es de esta forma que las mujeres quedan bajo las indicaciones absolutas del médico, en ocasiones no recibirán información de lo que deciden sobre sus cuerpos, cuando estas pregunten serán burladas y descalificadas, sin poder elegir qué posición tener a su bebé y en reiterados casos él bebe pasa a ser examinado y controlado por horas en otro espacio quitando la posibilidad del primer contacto con su madre.

El personal de la salud a la hora de atender a las parturientas, actúan de manera idéntica que lo harían con otros pacientes, consideran que la medicina brindada es para disminuir el dolor, que el parto suceda en el menor tiempo posible para liberar la sala a otro paciente transformando un parto sin riesgo a un parto con riesgos. Estas medidas se toman sin consentimiento informado, la medicación puede bajar los latidos del corazón del feto entre otras contraindicaciones y llevando al médico a seguir buscando alternativas como las episiotomías o la solución extrema que es la cesárea. A saber, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un porcentaje adecuado entre 10% y 15% de cesarías al año. En Uruguay para el 2020 se registraba más del 50% de los casos, ¿qué posibilidad hay de que esos casos hubiesen podido ser partos naturales?
La relación médico paciente que hay en un proceso reproductivo se ve afectada por una relación de poder del médico por sobre la paciente. Esta última se ve reprimida por no tener conocimientos sobre lo que sucederá o que será lo mejor para él bebé por lo que queda supeditada a que lo que diga y haga el médico será lo correcto. Esta descripción agrega además a lo ya mencionado una violencia simbólica. Definida por la Ley Orgánica de Venezuela (ya mencionada antes) por el artículo 15 inciso 17: “son mensajes, valores, iconos, signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación de la mujer en la sociedad.
Compartimos un ejemplo, el nombre fue modificado para cuidar su identidad.
(…) Natalia concurrió al sanatorio el día que inició con las contracciones que indicaban el inicio del trabajo de parto, acompañada por su esposo y una partera contratada de forma privada. Esto incidió en el recibimiento por parte del profesional que estaba de guardia, ya que realizó comentarios despectivos ante la presencia de otra profesional externa a la institución. Natalia tenía una cesárea previa, lo cual fue un determinante para el procedimiento en este nuevo nacimiento, por decisión de la profesional interviniente. La ginecóloga le ordena que no ingiera alimentos ni bebidas pues seguramente le practicaría una nueva cesárea. Luego de varias horas de contracciones de trabajo de parto y con una dilatación a buen ritmo, le indican usar oxitocina sintética, para acelerar el final de la dilatación, a lo que Natalia accede. Rápidamente las contracciones comienzan a aumentar en frecuencia y en dolor, y la bebé comienza mostrar signos de encontrarse bajo estrés. Al monitorear se percibe un descenso en sus latidos, además de una rotación de posición. Frente a esto la partera externa solicita que le quiten la oxitocina a Natalia, lo cual trae aparejado que se normalicen los latidos fetales. Pero al haber rotado de posición e intentar monitorear los latidos de bebé, son los latidos de Natalia los que se escuchan (cuya frecuencia es mucho más baja). Es entonces cuando la ginecóloga de guardia, comienza a insistir violentamente en la necesidad de la cesárea, con gritos y rezongos, desoyendo a Natalia y a su partera, quienes intentaban explicarle el error en el monitoreo. Y así continúa el infructuoso intento de Natalia por tener un parto vaginal. Estaba con contracciones de pujo, pero la ginecóloga frente a su nueva negativa de aceptar una cesárea, decide no guiarla y se queda de pie a su lado: “no te voy a guiar más los pujos”. Simplemente mirando cómo Natalia intentaba pujar sola (al tener anestesia le era difícil percibir la contracción) mientras controlaba por sí misma que los latidos de su bebé no descendieran. Luego de que la médica le exigiera firmar a ella y al padre de la bebé, una hoja donde expresaban que, si algo grave sucedía con la niña, la profesional se libraba de responsabilidad, ganaron el agotamiento, la frustración, la culpa y el miedo, por lo que acabó cediendo a la cesárea.
(…) Examinado en términos laborales los relatos anteriores, puedo llegar a suponer que el clima laboral no es nada bueno. Llama poderosamente mi atención como se manejarán las Instituciones médicas cuando estas situaciones son alertadas. Si estuviéramos hablando de un Abogado que trabaja en un Consultorio y trata de manera inhumana a los clientes ¿qué pasaría con dicha relación laboral? Seguramente una sanción disciplinaria o directamente el termino de contrato entre el Consultorio y el profesional de la misma manera podríamos llevar esta situación a otros ámbitos de la esfera laboral para que pueda visualizarse mejor (…).
CAPITULO II. TRES ARISTAS A ABORDAR
(…) El ambiente de trabajo.
¿Está dentro de las buenas prácticas el trabajo con repuestas despectivas, subidas de tono, burlas o chistes sobre distintos métodos que se realizan mientras se atiende a un paciente? Cualquiera en su sano juicio diría que no, como decíamos anteriormente con el ejemplo de un servicio profesional en un Estudio de Abogados. Si lo llevamos a otro rubro, una Ferretería donde el doctor sería el vendedor y el paciente el cliente externo, este último no compraría este producto si el vendedor lo trata despectivamente y se retiraría de la empresa, seguramente enojado con la situación. Pensemos, ¿algo le pasa al vendedor para tratar a los clientes de ese modo?, es la primera pregunta que se hará su líder directo al enterarse. En este ejemplo el comprador se puede ir, a dos cuadras hay otra ferretería y resuelve el problema.
Volvamos al médico o la enfermera, su líder directo, el Jefe de Ginecología o la Nurse, ¿realizará la misma pregunta que en la ferretería? Y si hablamos del paciente, ¿se retirará enojada la futura mamá en búsqueda de otra mutualista?
Las posibles respuestas del profesional de la salud a su líder son muchas: cansancio, stress, desgaste emocional, problemas personales, dificultad con la organización del trabajo, relaciones interpersonales dificultosas, pocas horas de sueño. Estos son factores de riesgos psicosociales. Los factores pueden estar referidos a la política de la organización, en el caso ejemplo de Natalia la posibilidad de que ingrese otro profesional a la sala le afectó de tal manera que lo expreso verbalmente.
Otros factores suelen ser relacionados a la cultura de la organización, por ejemplo, la supervisión de los mandos medios, el poder de dirección de la Nurse frente aquella enfermera que trabaja en dos Instituciones de diferentes culturas, diferentes visiones y misiones. Estos factores desencadenan riesgos para los trabajadores de la salud. Los riesgos psicosociales son situaciones que afectan habitualmente de forma importante y grave la salud de los trabajadores, física, social o mentalmente. Son riesgos psicosociales la violencia en el trabajo; el acoso sexual, el burnout, entre otros. El burnout o síndrome del quemado es considerado como riesgo en la violencia obstétrica española la cual afecta la relación médico paciente por tratos deshumanizantes.
La normativa referente a los derechos de los pacientes. Formación.
Está clara la enumeración de normas que encontramos y detallamos en el capítulo II haciendo referencia a la importancia de respetar la dignidad de las personas, informarlas y no utilizar tratamientos sin su consentimiento.
El artículo 16 del Decreto Reglamentario N°339/019 para la prevención de violencia obstétrica menciona que las prácticas y actitudes realizadas constituyen normas técnicas, si los trabajadores de la salud y las Instituciones se apartan de ellas serán sancionados.
La formación y capacitación de los trabajadores será fundamental para las buenas prácticas laborales referidas en las normas. Dado la deshumanización reclamada por pacientes la Universidad de la República ha iniciado a partir del 2023 una nueva optativa que pueden realizar todos los estudiantes denominada Humanización en Salud y consta de 6 créditos.
En el año 2002 la Organización Mundial de la Salud publicó el Manual IMPAC, que aborda el manejo integrado del embarazo y el parto, orientando a una mejor capacitación del personal de salud mediante la utilización de guías y estándares adaptados a los usos locales para el manejo del embarazo y el parto.
La humanización de los lugares de trabajo.
El objetivo de esta investigación podría solamente incentivar para que los profesionales de la salud tengan en su totalidad un trato digno con las mujeres que asisten durante el embarazo, parto y postparto a sus lugares de trabajo. Pero podemos ir más allá con la humanización y pedirle a la Instituciones que humanicen a sus trabajadores, a todas las categorías, a cada una de las áreas que trabajan en las Instituciones médicas públicas y privadas.
Plantear el humanismo como contribución a la sociedad toda, generar instancias entre médicos, enfermeros, cajeros, etc. para compartir valores, conocimientos, experiencias y para buscar soluciones a situaciones que escapan a veces de nuestras manos. Realizar coaching entre profesionales, ¿Por qué las pacientes contratan a Ginecólogos/as privados? Seguramente ellos/as tienes mucho para enseñar y posteriormente coachear.
Lo primero que las Instituciones deben hacer es preocuparse por esta situación y posteriormente tomar medidas estratégicas que incluso podrían ser tomadas luego como metas para la Dirección Nacional de Salud (JUNASA). Plantear objetivos estratégicos con indicadores, por ejemplo, con porcentaje de denuncias, porcentajes de cesáreas o episiotomías.
Por último, para hacer seguimiento a todos los tipos de formación descriptos realizar evaluaciones de desempeño, encuestas a las usuarias y evaluar como impactaron las medidas tomadas y posteriormente como serían los pasos a seguir. Si se quiere estaríamos frente a evaluaciones 360 las que nos permiten obtener información de todos los integrantes de la relación laboral, aquí con la ventaja de que el producto no es un bien material, es un ser humano que nos puede brindar información valiosa para la humanización del lugar de trabajo.
